viernes, 18 de noviembre de 2011

Los alleluias

ImagenLos alleluias son pequeñas composiciones heredadas de las aclamaciones hebreas que en la música occidental tendrán una gran importancia, sobre todo germen de la música profana posterior.En sus comienzos , los alleluias aparecen estar en dependencia de la melopea clásica, en que la cítara o la lira hacía un breve ritornello instrumental al final de cada versiculo.
Este ritornello pudo inducir, a las primeras comunidades , a aplicarles al final de los versiculos, o de las antifonas, unos melismas cadenciales cantados sobre la palabra alleluia que en los tiempos antiguos recibió el nombre de jubilus. Posteriormente, la importancia de estas terminaciones fue adquiriendo entidad propia y consiguió su total independencia. La época que va desde el siglo V hasta el VII, siglos de oscuridad y de afianzamiento, es un periodo donde la música eclesiástica sirve incondicionalmente al texto litúrgico. Es también la época de las liturgias regionales, que en el siglo, que en el siglo VI deberán ser unificadas durante el pontificado de San Gregorio I (540-604, papa desde 590), pero no son sin una fuerte oposición por las demás liturgias regionales, como la mozárabe en España y la ambrosiana en Milán.
Mas la expansión de los benedictinos con Agustín en Inglaterra fue elemento de trascendental importancia, ya que de Inglaterra pasaron al territorio de los francos, donde con Carlomagno la regla benedictina unificó la vida monacal de toda Europa, y con ella la liturgia y la reforma de San Gregorio se hicieron ley para toda la iglesia. El primer documento ,Ordini Romani, fue encontrado en un manuscrito de la abadia de St. Gallen. En él se nos describe el ceremonial romano desde el siglo VI al IX, donde se da relación de los papas que contribuyeron a la creación de un cantoral para todo el año. Dichos papas fueron León I, Gelasio, Simaco, Juan, Bonifacio, Gregorio I y Martin I.
La tradición de ligar a San Gregorio con la historia de la música eclesiástica de occidente reside en la biografía que Juan Diácono escribiera sobre el pontifice 300 años después de la muerte de aquél. Las ilustraciones antiguas , en las cuales el papa Gregorio, sentado, escribe al dictado las notas que el Espiritu Santo le dicta, son interpretaciones de esta tradición creada por el biógrafo. Pero no creamos que por ello toda la tradición es sólo leyenda.
San gregorio recopiló y unifico los cantos existentes; creó con sus ayudantes, otros cantos; los difundió por medio de los monjes por toda Europa; unifico la liturgia y su lengua; creó en Roma, la escuela de cantores que, prácticamente se ha prolongado hasta nuestros días, en las capillas Sixtina y Gulia, que corren con la música que se hacen en los actos de culto.



CANTO GREGORIANO

En los orígenes del canto gregoriano, se encuentra el repertorio romano compuesto esencialmente durante los siglos V y VI por la schola cantorum.

En la segunda parte del siglo VIII, el soberano del reino franco decreta que se adopten las costumbres litúrgicas romanas que él ha podido apreciar en la ciudad eterna.

El texto manuscrito de los cantos romanos fue tomado como texto de referencia. En general, el canto romano y su arquitectura modal fueron aceptados por los músicos galicanos, pero éstos lo vistieron con una ornamentación completamente diferente.

Este resultado híbrido de los cantos romanos y galicanos es lo que llamamos hoy canto gregoriano.

Con el tiempo, se va disminuyendo el papel y la capacidad de la memoria en la civilización europea, y este fenómeno tiene consecuencias desastrosas para el canto, puesto que sin tradición oral, la música hay que escribirla. La decadencia es total a fines de la edad media: en esta época, los manuscritos están llenos de "una pesada y fastidiosa sucesión de notas cuadradas". El Renacimento le da el golpe final: las melodías son "coregidas" por los musicólogos oficiales y las largas vocalizaciones reducidas a unas cuantas notas.

En 1833, un joven sacerdote de Le Mans, Dom Prosper Guéranger, se decide a restaurar la vida monástica benedictina en el priorato de Solesmes, después de cuarenta años de interrupción debido a la Revolución francesa. Entre sus proyectos está el abordar la restauración del canto gregoriano. Esto lo hace con entusiasmo. Empieza por la ejecución y pide a sus monjes que respeten en su canto, sobre todo el texto: pronunciación, acentuación, y atención. Todo esto para mejorar la inteligibilidad del canto, lo cual hace posible una verdadera oración.

Fuentes : música y cultura (edelvives)


VISITAR
Melopea
Melisma
Solesmesfotos.miarroba.com

SAN GREGORIO MAGNO
SAN GREGORIO MAGNO (540-604) Papa (590-604)

Doctor de la Iglesia, nació en Roma, en el seno de la familia noble de los Anicci. Gregorio fue hijo de un senador y bisnieto del papa Félix III (pontificado 438-492). Con estos importantes vínculos, destacó de inmediato en la administración y en el año 570 fue nombrado prefecto de Roma. Decidió muy pronto convertirse en monje, y hacia el año 575 transformó su propiedad familiar en un monasterio dedicado a san Andrés.

En el 579 Gregorio fue enviado por el papa Pelagio II (pontificado 579-590) como nuncio ante el emperador en Constantinopla, permaneció allí durante siete años y participó del esplendor de la Liturgia y la música bizantina en la Catedral de Santa Sofía.

A su regreso a la Roma fue nombrado secretario de la Santa Sede, pero además dirigía el canto y, como arcediano, es decir diácono principal, interpretaba las piezas más difíciles del repertorio.

Fue elegido Papa en el año 590.

Pontificado

Como papa, Gregorio consolidó el prestigio del pontificado y confirió al cargo un carácter en cierto modo diferente. Como los lombardos habían provocado el colapso casi completo de la administración civil en la ciudad, Gregorio tuvo que estar incluso más atento que sus predecesores en atender a los pobres y proteger a la población cercana a la ciudad. Su eficaz administración de las grandes propiedades de la Iglesia en Roma proporcionó alimento y dinero para este fin. Con Gregorio el pontificado asumió el liderazgo político en Italia y reunió sus territorios repartidos por todo el país en uno sólo que más tarde se convertiría en los Estados Pontificios.

Inició una obra que puede resumirse en dos aspectos: en primer lugar la compilación y selección de las melodías, para que fueran copiadas y coleccionadas en un libro llamado antifonario. En segundo lugar dedicó gran parte de su esfuerzo a la formación de músicos, organizando en cada iglesia un grupo de cantores que se conoció con el nombre de Schola Cantorum.

Emprendió luego la tarea de unificación de las liturgias, lo cual logró en gran parte. Desde entonces al canto de la Liturgia romana se le comenzó a llamar Canto Gregoriano, denominación ésta que se extiende también a la creación musical posterior a Gregorio Magno, si conserva las mismas características.

En el año 597 Gregorio envió a Inglaterra al prior de su propio monasterio, Agustín de Canterbury, junto con 40 monjes. El gran éxito de esta misión despertó un sólido sentido de lealtad al pontificado entre los ingleses primitivos, y los misioneros ingleses favorecieron esta lealtad entre casi todos los pueblos del norte de Europa.

Obras

Los 14 libros de las cartas de Gregorio proporcionan una excelente fuente para conocer al hombre de su época. Además de las cartas y de una serie de homilías, Gregorio escribió varias obras que fueron muy influyentes en la edad media. Casi todas tienen una orientación práctica y moral:

El Moralia es un comentario sobre Job, lleno de materias doctrinales y disciplinarias.

El Liber pastoralis curae describe al obispo ideal y pretendía ser un manual sobre la práctica y naturaleza de la predicación.

Diálogo es la obra de Gregorio que posee un especial atractivo pues se trata de una colección de leyendas sobre santos de su época. Única fuente de información sobre san Benito, fue en parte responsable de la popularidad del monacato benedictino en la edad media, y su hincapié en los milagros fija los modelos de la concepción medieval de la santidad.

La verdadera grandeza de Gregorio reside en su dilatada actividad pastoral. Su espíritu práctico, generosidad y compasión le proporcionaron el afecto de sus contemporáneos. Murió en Roma el 12 marzo del año 604. Se cree que fue canonizado a petición popular tras su muerte. Su festividad se conmemora el 12 de marzo, día de su fallecimiento..

No hay comentarios:

Publicar un comentario