Compositor italiano, alumno del Conservatorio de Milán , donde estudió con A. Bazziniy A. Ponchhielli. Alcanzó grandes éxitos como compositor de óperas, y se le considera la figura más destacada de la escuela verista italiana. Puccini llamó primeramente la atención con su Capriccio sinfónico, compuesto para su examen, compuesto para su examen final en el conservatorio. Pero fue Ponchielli ( el autor de la Gioconda) quien, a pesar de las inclinaciones sinfónicas que mostraba su discípulo a la sazón , descubrió en él su habilidad para la música escénica, iniciando de este modo la brillante carrera artística que tanta fama y riqueza le dió.
Puccini sabe captar y recrear ambientes exóticos: Madama Butterfly adquiere su caracter exótico por medio de escalas de tonos enteros y una sutil orquestación, que se sirve de las actuaciones de orquestas japonesas y javanesas . En ella crea Puccini melodías de gran belleza, que incluso con una tímbrica foránea dan prueba de su elevada cultura vocal italiana, de cuya tradición surgieron. Como ejemplo de la refinada orquestación de Puccini véase el emparejamiento en octavas clarinete /voz, además de arpa, violin solista y muchas y exactas indicaciones para su interpretación.
Puccini pasa por ser integrante del verismo, representante del Fin de siècle, que mediante el lirismo de sus óperas satisface sus exigencias musicales. (Bibliografia: Atlas de Música 2)
Algunos autores consideran que su sentido que su sentido era superior al de Verdi, y que nadie ha tenido su habilidad para reflejar una situación teatral en unos pocos compases rápidos y vivídos. Nació en Lucca, el 22 de diciembre de 1858, y murió en Bruselas, el 28 de noviembre de 1924.
Diccionario biográfico de la música. (1200 Pag)
Escuchar frangmentos de Madame Butterfly:
OBRAS DE GIACOMO PUCCINI
Óperas
-Le Villi (Milán , 1883)
-Edgar (Milán, 1889).
-Manon Lescaut (Turín , 1893).
-La Bohème (Turín , 1896).
-Tosca (Roma, 1900).
-Madame Butterfly (Milán 1904)
.
-La Fanciulla del West (Nueva York, 1910).
-La Rondine (Montecarlo, 1917).
-Il Trittico : Il Tabarro, Sour Angélica y Gianni Shicchi (Nueva York, 1918).
-Turandot (Milán).
OTRAS OBRAS
-Capriccio sinfónico.
-Juno, cantata (1877).
-Dos minuietos para instrumentos de cuerda.
-Obras de música religiosa.
-Inno a Roma (1919).
-O figli della Italia bella, himno.
Más información:
Giacomo Puccini
De Radio Beethoven:
“Turandot” es la última ópera de Puccini, cerrándose con ella su valiosa producción de 12 títulos para la lírica.
En diciembre de 1918 Puccini había estrenado en Nueva York, e inmediatamente en Roma, el llamado “Tríptico”, conformado por las óperas “Il Tabarro”, “Suor Angelica” y “Gianni Schichi”.
En la búsqueda de temas para una nueva ópera fue que Puccini pidió a Giuseppe Adami, libretista en dos partes del “Tríptico”, y a Renato Simoni que se abocaran a ese trabajo. Simoni era un estudioso de la vida y la obra de Carlo Gozzi y, como tal, era autor de un libro basado en ese escritor veneciano del siglo 18.
Fue así, entonces, como el tema para la nueva ópera de Puccini surgiría de una de las fábulas dramáticas de Gozzi, llamada “Turandot”, la cual estaba inspirada en antiguos cuentos orientales.
La gestación de la ópera fue lenta, con un trabajo codo a codo, pero no siempre grato, entre los libretistas y el compositor. Este trabajo comenzó en enero de 1921. El acto primero fue compuesto entre marzo y noviembre de 1922, no teniendo aún Puccini libreto para los actos siguientes.
A comienzos de 1923, y ya con el texto listo, completó su primer esquema del acto segundo y, cuando comenzó con el tercero, pidió a los libretistas que revisaran textos que no le satisfacían. A fines de 1923, el proceso iba en la orquestación del acto segundo. Fue en esa época cuando Puccini comenzó a tener problemas de salud: un simple dolor de garganta y una persistente tos pronto se presentarían de modo mucho más preocupante.
En aquél tiempo Puccini retomó contacto y revivió una antigua amistad con Arturo Toscanini, quien sería el director del estreno de “Turandot”, programado para abril de 1925.
En septiembre de 1924, “Turandot” estaba casi completa, con la excepción del dúo de amor del tercer acto y la escena final. La enfermedad a la garganta de Puccini había avanzado ya a un nivel tal que le resultaba casi imposible seguir trabajando. Un severo cáncer le fue descubierto. Fue operado, pero las aplicaciones de radio a que fue sometido el compositor complicaron su corazón. Puccini falleció el 29 de noviembre de 1924.
Así, su muerte dejó la ópera “Turandot” sin terminar, por lo cual la fecha original que estaba programada para su estreno, (abril de 1925), tuvo que ser pospuesta.
Era muy importante buscar una mano idónea que terminara la ópera y, barajando nombres, la familia de Puccini conjuntamente con Arturo Toscanini acordaron entregar la misión a Franco Alfano. Este demoró seis meses en completar la ópera y “Turandot” finalmente fue estrenada en La Scala de Milán, el 25 de abril de 1926, cerrándose así un proceso de gestación de más de cinco años.
Ese estreno fue dirigido por Arturo Toscanini, quien en la primera de las ocho funciones que ofreció La Scala se permitió suspender la interpretación en el justo momento que marcaba el fin del trabajo de Puccini. En aquella ocasión Toscanini bajó sus manos y dando la cara el público señaló “Aquí termina la ópera dejada incompleta por el Maestro, quien murió en este punto”.
“Turandot” representa el trabajo más maduro y logrado de toda la producción pucciniana, y al mismo tiempo una recopilación de su itinerario creador.
Dos características llaman mucho la atención en “Turandot”. Por una parte está el tratamiento del coro. De elemento bastante secundario y casi inexistente en buena parte de su producción anterior, el coro pasa a ser totalmente protagónico, con escenas de gran opulencia sonora. Por otra parte está el exotismo, no sólo planteado por los aspectos visuales sino también por la música misma, en forma muy marcada.
En “Madama Butterfly”, ambientada en Japón, Puccini había dado el primer paso, ciertamente más sutil. Ahora, con “Turandot”, emplazada en la China milenaria, se incorporan a la partitura auténticos temas chinos y abundancia de motivos pentatónicos.
--------------------------------------------------------------------------------
ARGUMENTO
En tres actos, “Turandot” se desarrolla en Pekín, en época de leyenda.
Acto Primero
En las afueras del palacio imperial un mandarín da lectura a un decreto ante el pueblo congregado, señalando que la princesa Turandot sólo se casará con el príncipe de sangre real que sea capaz de resolver las tres adivinanzas que ella le proponga. El fracaso supone la muerte, y ésta es la pena que aguarda al príncipe de Persia, que no ha podido dar correcta respuesta a las adivinanzas. La multitud pide la sangre del príncipe, a la vez que va en tropel hacia el palacio, llamando al verdugo.
En el tumulto ha caído un anciano. La esclava Liú, su fiel compañera, pide ayuda a un hombre, el Príncipe Desconocido. Este reconoce en el anciano a su padre Timur, y Timur a su hijo. Ambos son fugitivos de su país y han de permanecer incógnitos. Mientras sigue oyéndose como fondo la sed de sangre de la multitud, Timur cuenta a su hijo cómo ha sido cuidado por Liu.
Aparece el cortejo y el pueblo, al ver el pálido semblante del joven Príncipe de Persia, pide piedad para él, uniéndose a sus voces la del Príncipe Desconocido. Pero todo es en vano. Implacable, aparece Turandot en un balcón del palacio. Todos los presentes inclinan su cabeza, menos el verdugo y los dos príncipes. Turandot hace un gesto expresivo, indicando que se cumpla la sentencia, sin pronunciar una palabra.
El Príncipe Desconocido ha quedado deslumbrado ante la belleza de Turandot. Cuando pasa el cortejo, éste decide quedarse allí, a pesar de las súplicas de Timur y de Liu. En la lejanía se escucha la voz del Príncipe de Persia preparándose a morir y luego el griterío de la multitud cuando éste ha sido ejecutado. El Príncipe Desconocido decide entonces presentarse a la prueba y hace sonar el gong ceremonial para anunciarlo.
Ping, Pang y Pong, los tres ministros de Turandot, interceptan el paso del Príncipe y tratan de disuadirle de su propósito. Ping le dice que Turandot no es más que una mujer como todas y que no vale la pena arriesgarse por ella, ya que su suerte será la misma que la de los otros pretendientes. Su discurso es interrumpido por sirvientes de Turandot, que ordenan silencio, para no turbar el descanso de su ama. Pero pronto los tres ministros reanudan sus discursos.
La sombra de los pretendientes de Turandot, muertos en el intento de conseguirla, vuelan sobre ellos. Finalmente, los ministros se van, pero Timur y después Liu tratan de disuadir al Príncipe, diciéndole que ambos morirán si éste persiste en su actitud. El Príncipe se conmueve ante los ruegos, pero sigue firme en su resolución.
Así, llama por tres veces a Turandot y golpea, también por tres veces, el gong ceremonial, comprometiéndose como pretendiente a la mano de Turandot o a la muerte.
Acto segundo
En una sala, los ministros Ping, Pang y Pong están haciendo los preparativos necesarios para una boda o para un funeral.
Recuerdan tranquilamente los días felices anteriores al sangriento reinado de Turandot y piensan en los innumerables pretendientes de la princesa que han sido ejecutados, imaginando lo felices que serían si llegara el momento en que tuviesen que preparar un lecho nupcial en vez de sólo cadalsos para ejecuciones. Los rumores que llegan desde palacio y la multitud que empieza a congregarse les hacen volver a sus tareas.
La escena es ahora en una plaza ante el palacio, mientras la multitud se congrega para presenciar el desarrollo de la nueva pretensión. En lo alto de una imponente escalera aparece el anciano emperador Altum. Con voz débil y temblorosa, trata también de disuadir al Príncipe, pero tampoco lo consigue.
Como en ocasiones anteriores, un mandarín da lectura al decreto y se oyen voces llamando a Turandot, que entra, ahora vestida de oro. La princesa explica las razones de su bárbaro edicto: lo hace en venganza de lo que aconteció hace muchos miles de años, cuando una princesa fue raptada y violada cruelmente por un bárbaro. Con aire amenazador aconseja al príncipe que no siga adelante, pero él insiste en su propósito con aire desafiante.
Turandot plantea la primera adivinanza. El Príncipe responde rápidamente: "Esperanza". La respuesta es correcta. La segunda adivinanza tiene también la respuesta cierta: "Sangre". Ante la tercera pregunta ¿Cuál es el hielo que te inflama?, el príncipe duda un momento, pero pronto responde: "Turandot". Ante la alegría de todos, el Príncipe ha triunfado. El emperador y el pueblo declaran que el juramento obliga y Turandot debe aceptarlo.
La princesa protesta ásperamente y pregunta al príncipe si la quiere conseguir por la fuerza, a lo que él replica que no y le ofrece, a su vez, una oportunidad de quedar libre: si ella descubre su nombre antes de la siguiente mañana, el Príncipe está dispuesto a morir. El Emperador ruega para que esa mañana el príncipe se convierta en su hijo. Cuando la corte se retira, el pueblo vuelve a postrarse ante Turandot y canta en su honor.
Acto tercero
Jardín del palacio imperial. En la distancia se oye a los heraldos que proclaman una orden de Turandot: Que nadie duerma, dicen, pues el nombre del Príncipe debe ser descubierto bajo pena de muerte. El Príncipe recoge las palabras en el aria “Nessun dorma” (la más famosa de la ópera)
Se acercan Ping, Pang y Pong, tratando de persuadirle de que abandone su intento, que está llenando de terror a Pekín, para lo que le ofrecen bellas muchachas y cofres de oro y joyas. También el pueblo se une a la petici6n de los tres ministros, pero el príncipe sigue firme en su pretensión.
Entra un grupo de soldados llevando con ellos a Timur y a Liu, que habían sido vistos antes con el príncipe. El Príncipe dice que ellos no saben nada, pero el pueblo no hace caso. Se pide la presencia de Turandot. Ping se ofrece para arrancarles el nombre; entonces Liú se adelanta y dice que sólo ella lo conoce.
El pueblo pide que sea torturada; Ping pregunta el nombre una y otra vez, pero a pesar de ser sometida a crueles torturas, Liu no responde. El Príncipe, impávido, no interviene.
Turandot pregunta a Liu qué es lo que la hace tan fuerte y ella responde: el amor. Prosiguen las torturas y aparece el verdugo. Entonces Liú dice que hablará y predice que Turandot cederá finalmente ante el príncipe, así como su propia muerte. Sacando un puñal, Liú se suicida, cayendo a los pies del príncipe, sin haber revelado su nombre.
Timur se desespera por la pérdida de la muchacha y toma su mano. La multitud, ahora arrepentida, pide al espíritu de Liú que los perdone. (Este es el momento en que termina la música compuesta por Puccini)
Luego salen todos, excepto el Prícipe y Turandot. É1 recrimina a Turandot por su dureza, y Turandot, que al principio rechaza al pretendiente, diciendo que ella es sagrada y que nadie debe profanarla, acepta que él la bese con pasión. Mientras se escuchan a lo lejos unas voces femeninas, Turandot empieza a ablandarse.
Profundamente consternada por haber sido vencida por el Príncipe, Turandot llora por primera vez y le pide a éste que victorioso la deje, pues aún no ha podido conocer su nombre. El príncipe entonces se lo dice: es Calaf, hijo de Timur. Ahora ella, si quiere, puede matarlo.
La breve escena final ocurre ante el palacio, donde la multitud rinde homenaje al Emperador. Turandot trae a Calaf, y dice a su padre que ya conoce el nombre del extranjero: Su nombre es Amor, dice ella, y el pueblo canta lleno de júbilo.
Puccini sabe captar y recrear ambientes exóticos: Madama Butterfly adquiere su caracter exótico por medio de escalas de tonos enteros y una sutil orquestación, que se sirve de las actuaciones de orquestas japonesas y javanesas . En ella crea Puccini melodías de gran belleza, que incluso con una tímbrica foránea dan prueba de su elevada cultura vocal italiana, de cuya tradición surgieron. Como ejemplo de la refinada orquestación de Puccini véase el emparejamiento en octavas clarinete /voz, además de arpa, violin solista y muchas y exactas indicaciones para su interpretación.
Puccini pasa por ser integrante del verismo, representante del Fin de siècle, que mediante el lirismo de sus óperas satisface sus exigencias musicales. (Bibliografia: Atlas de Música 2)
Algunos autores consideran que su sentido que su sentido era superior al de Verdi, y que nadie ha tenido su habilidad para reflejar una situación teatral en unos pocos compases rápidos y vivídos. Nació en Lucca, el 22 de diciembre de 1858, y murió en Bruselas, el 28 de noviembre de 1924.
Diccionario biográfico de la música. (1200 Pag)
Escuchar frangmentos de Madame Butterfly:
OBRAS DE GIACOMO PUCCINI
Óperas
-Le Villi (Milán , 1883)
-Edgar (Milán, 1889).
-Manon Lescaut (Turín , 1893).
-La Bohème (Turín , 1896).
-Tosca (Roma, 1900).
-Madame Butterfly (Milán 1904)
.
-La Fanciulla del West (Nueva York, 1910).
-La Rondine (Montecarlo, 1917).
-Il Trittico : Il Tabarro, Sour Angélica y Gianni Shicchi (Nueva York, 1918).
-Turandot (Milán).
OTRAS OBRAS
-Capriccio sinfónico.
-Juno, cantata (1877).
-Dos minuietos para instrumentos de cuerda.
-Obras de música religiosa.
-Inno a Roma (1919).
-O figli della Italia bella, himno.
Más información:
Giacomo Puccini
De Radio Beethoven:
“Turandot” es la última ópera de Puccini, cerrándose con ella su valiosa producción de 12 títulos para la lírica.
En diciembre de 1918 Puccini había estrenado en Nueva York, e inmediatamente en Roma, el llamado “Tríptico”, conformado por las óperas “Il Tabarro”, “Suor Angelica” y “Gianni Schichi”.
En la búsqueda de temas para una nueva ópera fue que Puccini pidió a Giuseppe Adami, libretista en dos partes del “Tríptico”, y a Renato Simoni que se abocaran a ese trabajo. Simoni era un estudioso de la vida y la obra de Carlo Gozzi y, como tal, era autor de un libro basado en ese escritor veneciano del siglo 18.
Fue así, entonces, como el tema para la nueva ópera de Puccini surgiría de una de las fábulas dramáticas de Gozzi, llamada “Turandot”, la cual estaba inspirada en antiguos cuentos orientales.
La gestación de la ópera fue lenta, con un trabajo codo a codo, pero no siempre grato, entre los libretistas y el compositor. Este trabajo comenzó en enero de 1921. El acto primero fue compuesto entre marzo y noviembre de 1922, no teniendo aún Puccini libreto para los actos siguientes.
A comienzos de 1923, y ya con el texto listo, completó su primer esquema del acto segundo y, cuando comenzó con el tercero, pidió a los libretistas que revisaran textos que no le satisfacían. A fines de 1923, el proceso iba en la orquestación del acto segundo. Fue en esa época cuando Puccini comenzó a tener problemas de salud: un simple dolor de garganta y una persistente tos pronto se presentarían de modo mucho más preocupante.
En aquél tiempo Puccini retomó contacto y revivió una antigua amistad con Arturo Toscanini, quien sería el director del estreno de “Turandot”, programado para abril de 1925.
En septiembre de 1924, “Turandot” estaba casi completa, con la excepción del dúo de amor del tercer acto y la escena final. La enfermedad a la garganta de Puccini había avanzado ya a un nivel tal que le resultaba casi imposible seguir trabajando. Un severo cáncer le fue descubierto. Fue operado, pero las aplicaciones de radio a que fue sometido el compositor complicaron su corazón. Puccini falleció el 29 de noviembre de 1924.
Así, su muerte dejó la ópera “Turandot” sin terminar, por lo cual la fecha original que estaba programada para su estreno, (abril de 1925), tuvo que ser pospuesta.
Era muy importante buscar una mano idónea que terminara la ópera y, barajando nombres, la familia de Puccini conjuntamente con Arturo Toscanini acordaron entregar la misión a Franco Alfano. Este demoró seis meses en completar la ópera y “Turandot” finalmente fue estrenada en La Scala de Milán, el 25 de abril de 1926, cerrándose así un proceso de gestación de más de cinco años.
Ese estreno fue dirigido por Arturo Toscanini, quien en la primera de las ocho funciones que ofreció La Scala se permitió suspender la interpretación en el justo momento que marcaba el fin del trabajo de Puccini. En aquella ocasión Toscanini bajó sus manos y dando la cara el público señaló “Aquí termina la ópera dejada incompleta por el Maestro, quien murió en este punto”.
“Turandot” representa el trabajo más maduro y logrado de toda la producción pucciniana, y al mismo tiempo una recopilación de su itinerario creador.
Dos características llaman mucho la atención en “Turandot”. Por una parte está el tratamiento del coro. De elemento bastante secundario y casi inexistente en buena parte de su producción anterior, el coro pasa a ser totalmente protagónico, con escenas de gran opulencia sonora. Por otra parte está el exotismo, no sólo planteado por los aspectos visuales sino también por la música misma, en forma muy marcada.
En “Madama Butterfly”, ambientada en Japón, Puccini había dado el primer paso, ciertamente más sutil. Ahora, con “Turandot”, emplazada en la China milenaria, se incorporan a la partitura auténticos temas chinos y abundancia de motivos pentatónicos.
--------------------------------------------------------------------------------
ARGUMENTO
En tres actos, “Turandot” se desarrolla en Pekín, en época de leyenda.
Acto Primero
En las afueras del palacio imperial un mandarín da lectura a un decreto ante el pueblo congregado, señalando que la princesa Turandot sólo se casará con el príncipe de sangre real que sea capaz de resolver las tres adivinanzas que ella le proponga. El fracaso supone la muerte, y ésta es la pena que aguarda al príncipe de Persia, que no ha podido dar correcta respuesta a las adivinanzas. La multitud pide la sangre del príncipe, a la vez que va en tropel hacia el palacio, llamando al verdugo.
En el tumulto ha caído un anciano. La esclava Liú, su fiel compañera, pide ayuda a un hombre, el Príncipe Desconocido. Este reconoce en el anciano a su padre Timur, y Timur a su hijo. Ambos son fugitivos de su país y han de permanecer incógnitos. Mientras sigue oyéndose como fondo la sed de sangre de la multitud, Timur cuenta a su hijo cómo ha sido cuidado por Liu.
Aparece el cortejo y el pueblo, al ver el pálido semblante del joven Príncipe de Persia, pide piedad para él, uniéndose a sus voces la del Príncipe Desconocido. Pero todo es en vano. Implacable, aparece Turandot en un balcón del palacio. Todos los presentes inclinan su cabeza, menos el verdugo y los dos príncipes. Turandot hace un gesto expresivo, indicando que se cumpla la sentencia, sin pronunciar una palabra.
El Príncipe Desconocido ha quedado deslumbrado ante la belleza de Turandot. Cuando pasa el cortejo, éste decide quedarse allí, a pesar de las súplicas de Timur y de Liu. En la lejanía se escucha la voz del Príncipe de Persia preparándose a morir y luego el griterío de la multitud cuando éste ha sido ejecutado. El Príncipe Desconocido decide entonces presentarse a la prueba y hace sonar el gong ceremonial para anunciarlo.
Ping, Pang y Pong, los tres ministros de Turandot, interceptan el paso del Príncipe y tratan de disuadirle de su propósito. Ping le dice que Turandot no es más que una mujer como todas y que no vale la pena arriesgarse por ella, ya que su suerte será la misma que la de los otros pretendientes. Su discurso es interrumpido por sirvientes de Turandot, que ordenan silencio, para no turbar el descanso de su ama. Pero pronto los tres ministros reanudan sus discursos.
La sombra de los pretendientes de Turandot, muertos en el intento de conseguirla, vuelan sobre ellos. Finalmente, los ministros se van, pero Timur y después Liu tratan de disuadir al Príncipe, diciéndole que ambos morirán si éste persiste en su actitud. El Príncipe se conmueve ante los ruegos, pero sigue firme en su resolución.
Así, llama por tres veces a Turandot y golpea, también por tres veces, el gong ceremonial, comprometiéndose como pretendiente a la mano de Turandot o a la muerte.
Acto segundo
En una sala, los ministros Ping, Pang y Pong están haciendo los preparativos necesarios para una boda o para un funeral.
Recuerdan tranquilamente los días felices anteriores al sangriento reinado de Turandot y piensan en los innumerables pretendientes de la princesa que han sido ejecutados, imaginando lo felices que serían si llegara el momento en que tuviesen que preparar un lecho nupcial en vez de sólo cadalsos para ejecuciones. Los rumores que llegan desde palacio y la multitud que empieza a congregarse les hacen volver a sus tareas.
La escena es ahora en una plaza ante el palacio, mientras la multitud se congrega para presenciar el desarrollo de la nueva pretensión. En lo alto de una imponente escalera aparece el anciano emperador Altum. Con voz débil y temblorosa, trata también de disuadir al Príncipe, pero tampoco lo consigue.
Como en ocasiones anteriores, un mandarín da lectura al decreto y se oyen voces llamando a Turandot, que entra, ahora vestida de oro. La princesa explica las razones de su bárbaro edicto: lo hace en venganza de lo que aconteció hace muchos miles de años, cuando una princesa fue raptada y violada cruelmente por un bárbaro. Con aire amenazador aconseja al príncipe que no siga adelante, pero él insiste en su propósito con aire desafiante.
Turandot plantea la primera adivinanza. El Príncipe responde rápidamente: "Esperanza". La respuesta es correcta. La segunda adivinanza tiene también la respuesta cierta: "Sangre". Ante la tercera pregunta ¿Cuál es el hielo que te inflama?, el príncipe duda un momento, pero pronto responde: "Turandot". Ante la alegría de todos, el Príncipe ha triunfado. El emperador y el pueblo declaran que el juramento obliga y Turandot debe aceptarlo.
La princesa protesta ásperamente y pregunta al príncipe si la quiere conseguir por la fuerza, a lo que él replica que no y le ofrece, a su vez, una oportunidad de quedar libre: si ella descubre su nombre antes de la siguiente mañana, el Príncipe está dispuesto a morir. El Emperador ruega para que esa mañana el príncipe se convierta en su hijo. Cuando la corte se retira, el pueblo vuelve a postrarse ante Turandot y canta en su honor.
Acto tercero
Jardín del palacio imperial. En la distancia se oye a los heraldos que proclaman una orden de Turandot: Que nadie duerma, dicen, pues el nombre del Príncipe debe ser descubierto bajo pena de muerte. El Príncipe recoge las palabras en el aria “Nessun dorma” (la más famosa de la ópera)
Se acercan Ping, Pang y Pong, tratando de persuadirle de que abandone su intento, que está llenando de terror a Pekín, para lo que le ofrecen bellas muchachas y cofres de oro y joyas. También el pueblo se une a la petici6n de los tres ministros, pero el príncipe sigue firme en su pretensión.
Entra un grupo de soldados llevando con ellos a Timur y a Liu, que habían sido vistos antes con el príncipe. El Príncipe dice que ellos no saben nada, pero el pueblo no hace caso. Se pide la presencia de Turandot. Ping se ofrece para arrancarles el nombre; entonces Liú se adelanta y dice que sólo ella lo conoce.
El pueblo pide que sea torturada; Ping pregunta el nombre una y otra vez, pero a pesar de ser sometida a crueles torturas, Liu no responde. El Príncipe, impávido, no interviene.
Turandot pregunta a Liu qué es lo que la hace tan fuerte y ella responde: el amor. Prosiguen las torturas y aparece el verdugo. Entonces Liú dice que hablará y predice que Turandot cederá finalmente ante el príncipe, así como su propia muerte. Sacando un puñal, Liú se suicida, cayendo a los pies del príncipe, sin haber revelado su nombre.
Timur se desespera por la pérdida de la muchacha y toma su mano. La multitud, ahora arrepentida, pide al espíritu de Liú que los perdone. (Este es el momento en que termina la música compuesta por Puccini)
Luego salen todos, excepto el Prícipe y Turandot. É1 recrimina a Turandot por su dureza, y Turandot, que al principio rechaza al pretendiente, diciendo que ella es sagrada y que nadie debe profanarla, acepta que él la bese con pasión. Mientras se escuchan a lo lejos unas voces femeninas, Turandot empieza a ablandarse.
Profundamente consternada por haber sido vencida por el Príncipe, Turandot llora por primera vez y le pide a éste que victorioso la deje, pues aún no ha podido conocer su nombre. El príncipe entonces se lo dice: es Calaf, hijo de Timur. Ahora ella, si quiere, puede matarlo.
La breve escena final ocurre ante el palacio, donde la multitud rinde homenaje al Emperador. Turandot trae a Calaf, y dice a su padre que ya conoce el nombre del extranjero: Su nombre es Amor, dice ella, y el pueblo canta lleno de júbilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario